Algunas se convierten en cocinas, otras en vestidores o cuartos de baño: de un tiempo a esta parte, las casas se están llenando de cajas. Las más llamativas son las destinadas a albergar la cama, como si de un pequeño nido se tratase. Investigamos el curioso fenómeno de las cajas-dormitorio, para conocer las motivaciones de propietarios y responsables de proyecto. ¿Cómo? Entrevistando a cuatro arquitectos franceses conocidos por la creación de innovadoras cajas-nido para clientes muy especiales.
Una suite dentro de una caja
¿Cómo se gestó el proyecto? El propietario llevaba 1 año viviendo en este estudio de 32 m2 de la Rue du Faubourg-Saint-Denis, París. Tiempo suficiente para pensar la estrategia perfecta con la que rentabilizar al máximo el espacio. “Cuando vino a verme, me pidió una caja en forma de cubo. Tal cual”, recuerda la arquitecta Rebecca Benichou, de Batiik Studio. Una caja en la que se incluiría su dormitorio, el baño y el vestidor. Es decir, una suite completa, pero en una superficie de 7,5 m, es decir, en un volumen de unos 22,5 m2.
¿Y por qué una caja? “Al cliente le apasiona el diseño de interiores. Cuando vino a verme, ya había decidido que el cubo multifuncional era la mejor idea para su proyecto. De hecho, no pude negarme: meter todo en una caja es una buena solución para reunir todas las funciones en un solo lugar y dejar espacio libre en otras zonas”, reflexiona Benichou, explicando que este tipo de estructuras permiten ampliar el espacio, “porque evitan la compartimentación”.
La ejecución. El cubo diseñado por Rebecca ocupa unos 2,50 metros de ancho por 3 metros de largo y 3 de alto. La zona del dormitorio ocupa 1,60 x 2 metros, flanqueada por el lado derecho por un vestidor de 70 centímetros de profundidad y, en la parte posterior, por un pequeño cuarto de baño. La plataforma de la cama –a 70 cm del suelo–, alberga un cómodo colchón de 23 cm. Al principio, se le quería dar mayor protagonismo al techo, que camuflaría los armarios, pero el propietario (que mide 1,80 metros) quería poder estar de pie dentro. De esta manera, el falso techo –de 30 centímetros–, se convirtió en algo meramente decorativo.
Después tres meses de estudio, el proyecto se llevó a cabo en otros tres (cocina incluida). Varios especialistas participaron en la fabricación de la caja: una estructura de madera recubierta de Fenix, un laminado mate medio de alta resistencia, y cuya superficie, tratada con nanotecnología, evita que las huellas dactilares se queden marcadas.
El uso. Las puertas del dormitorio son corredizas y de vidrio, para aprovechar así la luz de la habitación principal. Bajo la cama, los armarios son accesibles desde la zona inferior de las escaleras (contiguas a la sala de estar) y por detrás (contiguas al cuarto de baño). El vestuario ocupa toda la altura de la estructura lateral derecha. La instalación eléctrica de la caja es una tira led.
El estilo decorativo. “La caja ha sido diseñada para ser la protagonista indiscutible del apartamento”, cuenta Rebecca. Para marcar este impacto, se han dejado las paredes en bruto. El Fenix negro se ha utilizado en la zona exterior de la caja para darle ese aspecto elegante y contrastar con los listones de roble del interior, que aportan calidez y le dan un aire acogedor al espacio. La iluminación led es el broche de oro perfecto, creando una atmósfera nocturna muy agradable.
El presupuesto. Con la cocina incluida, el proyecto ha costado 30.000 euros. En el presupuesto también se han incluido la pintura del techo y el sellado del parqué.
Visto en houzz.es