No sé vosotros, pero yo, cuando llegan estos días de sol, empiezo a sentir una necesidad de viajes y de vacaciones… Mi cabeza ya empieza a tramar los viajes de verano y siento una enorme necesidad de cambiar de aires. En casa me dan ganas de cambiarlo todo y por supuesto, ¡echo de menos una terraza o un patio! Pero como ya os dije el otro día, no tengo terraza pero este año me he montado un pequeño jardín de interior. Aunque estemos en la ciudad cuando llega el verano y el buen tiempo, no significa que tengamos que renunciar al ambiente fresco y desenfadado de la costa o el campo. Con unos cuantos trucos súper sencillos podemos transformar nuestra casa en un espacio fantástico para los días de sol.
¡ABRE LAS CORTINAS!
Lo primero es correr las cortinas para permitir que los chorros de luz natural entren en casa, sobre todo en horas frescas como el amanecer o el atardecer. Es un lujo disfrutar del sol y debemos aprovecharlo. Si tenéis caídas, galerías o festones en las ventanas, os recomiendo quitarlos todos en verano.
¡TIRA LOS COJINES AL SUELO!
Atrévete a un aspecto desenfadado, crea un rincón lounge en tu salón. Coge algunos cojines grandes y tíralos al suelo, alrededor de la mesa. El cambio es espectacular. Puedes hacerlo en un rincón del salón o alrededor de la mesa de centro. Si lo haces de forma racional, el truco funciona!
¡QUITA LAS ALFOMBRAS!
El clásico de los clásicos. Retirar las alfombras, enrollarlas, al tinte y al trastero, bajo las camas o detrás del sofá. En casa de mi abuela se hacía todos los años cuando llegaba junio. ¡Hay que lucir parqués, tarimas y otros solados!
¡COLOCA PLANTAS!
Están más de moda que nunca, ya lo dije el año pasado; las plantas son un truco infalible para aportar frescura y luminosidad. Pasamos de una decoración seria a una alegre en cuanto metemos plantas de follaje verde. Se llevan de todas las maneras: colgadas (ya os expliqué un truco para hacer macramé), sobre estantes, trepadoras, apoyadas, en el suelo o en cestas.
¡ESCONDE LAS MANTAS!
Si sois como yo, entonces seguís utilizando las mantas en verano, porque para mí tumbarse en un sofá requiere algo que me tape. Aún así, cuando llegan los meses de buen tiempo, las mantas las meto en un baúl o en una cesta para que no estén por medio del salón.
¡PON VASOS Y UNA JARRA EN LA MESA DE CENTRO!
Plantéatelo como tu decoración de verano, para las visitas, esperadas o inesperadas. Una jarra con agua, limonada, infusiones de frutas o lo que quieras. Cambia los libros y las velas por una bandejita con bebidas y verás como poco a poco tu salón va pareciendo una terraza de verano.
¡LLENA LOS JARRONES TRANSPARENTES CON AGUA!
Crea una composición de recipientes transparentes con agua y alguna rama o flor fresca. Es increíble el efecto del agua en el ambiente. Y no importar si no tienes jarrones de vidrio. Te sirven jarras de agua, botes vacíos, vasos… ¡lo que quieras!
¡DECORA UNA PARED CON FLORES!
Coge un pequeño ramo, elige una de tus paredes, corta las flores y crea una composición. Puedes pegarlas con washi, colgarlas de una tablón (en mi Instagram colgué una foto la semana pasada de una composición que me he hecho), colocarlas en marcos, suspenderlas con cuerda. ¡El efecto es inmediato!
¡CUELGA UN SOMBRERO DE PAJA!
Seguro que tienes tu sombrero de la playa y tu pareo o una fouta. Pues sustituye los abrigos del perchero de la entrada por complementos de verano. Saca el capazo y ya tienes el conjunto completo.
¡PON ROPA DE CAMA BLANCA!
Y por supuesto, el básico de los básicos: ropa de cama blanca en toda la casa. Las sábanas blancas de lino o algodón son frescor garantizado. ¡Feliz decoración fresca!
Visto en ebom.es