Nos metemos dentro de una de las viviendas de Espai Verd, un modelo arquitectónico que se articuló en torno a la vegetación y que, a pesar del paso del tiempo, sigue siendo un ejemplo de oasis urbano.
Hace más de 25 años que se entregaron las primeras viviendas de la primera fase de Espai Verd, un icónico edificio de Valencia que concilia la vida urbana con un marcado sentimiento ecologista. Un proyecto realizado en régimen de cooperativa que da especial importancia a los espacios comunes: jardines, fuentes, piscina, miradores, una zona deportiva y hasta una montaña con pinos. La arquitectura se pone al servicio del entorno para disfrutar de esa vegetación omnipresente.
Igualmente importante es la parte interior de cada vivienda. La filosofía de Espai Verd parte de que lo privado y lo público tienen el mismo valor. Para demostrarlo, entramos en una de las casas. En concreto, se trata de un dúplex -que pertenece a uno de los cooperativistas originales- que ha experimentado una transformación completa gracias a ONEstudio. Aprovechando que la casa se rediseñaba de nuevo, se dotó a la vivienda de instalaciones más modernas y funcionales, como es el caso del suelo radiante en ambas plantas.
En Espai Verd no hay dos casas iguales, pero lo que sí tienen en común es que todos disponen de una amplia terraza y que, por supuesto, disfrutan de los espacios comunes con abundante vegetación. El cerramiento de vidrio sin perfiles de la fachada ofrece una visión panorámica y permite contemplar sin interrupción la terraza y el jardín que rodea la casa. Además, se han mantenido vistos los pilares de hormigón, de gran sección, como principal característica de este singular edificio.
La carpintería también fue diseñada por ONEstudio y fabricada a medida por la firma Jesse. El mobiliario auxiliar es de Roche Bobois. Elegancia, sobriedad y funcionalidad. La sensación de estar en un espacio con personalidad propia y que ya es parte de la historia de la arquitectura de nuestro país.
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