La tasa de residuos que afecta a la industria del azulejo ha provocado diferencias de criterios en su desarrollo e implantación entre las conselleries del Govern del Botànic. Así lo puso de manifiesto ayer el director general de Economía, Emprendimiento y Cooperativismo de la Generalitat, Francisco Álvarez, quien en un claro mensaje al departamento de Medio Ambiente, dirigido por la consellera Elena Cebrián, pidió al Consell tomar medidas que sean «transversales» y que cuenten con el beneplácito de todas las partes implicadas.
Francisco Álvarez pidió a sus compañeros de gobierno no aprobar «ninguna medida» sin antes «verificar qué consecuencias puede llegar a tener para otras consellerias o sectores económicos», y afirmó que una tasa no se puede calificar de «sostenible» si lo es a nivel ambiental, pero no social y económicamente.
De esta forma, el alto cargo de Economía dejó claro, sin nombrar en ningún momento a Cebrián ni a ningún otro cargo del departamento de Medio Ambiente, que la polémica medida no es solo rechazada por el empresariado, sino también por parte del Ejecutivo valenciano.
El posicionamiento de este alto cargo de la Conselleria, ex máximo responsable de la Bolsa de València y que llegó al departamento que dirige Rafael Climent a propuesta del Bloc, vuelve a manifestarse más próximo a las tesis que mantiene el propio president de la Generalitat en asuntos que atañen con la política industrial de la Comunitat, como es el caso del nuevo canon a los vertidos en vertederos.
LA PATRONAL, CONTRARIA
Este impuesto salió adelante a mediados del pasado mes de diciembre a propuesta del grupo parlamentario de Podem, que incluyó esta medida como enmienda al anteproyecto de ley de acompañamiento de los presupuestos de la Generalitat para 2018. Su aprobación, con los votos favorables del PSPV-PSOE y de Compromís, soliviantó a las empresas azulejeras, que rechazaron la medida y criticaron la falta de consultas previas que hubieran podido frenar la iniciativa parlamentaria.
Finalmente, el jefe del Consell anunció la puesta en marcha de medidas que pudieran atenuar su impacto en el sector y emplazó a la patronal a debatirlas en la próxima reunión de la Mesa de la Cerámica. Álvarez, en línea con la opinión expresada por el president Puig, se mostró ayer partidario de consesuar con todos los sectores implicados cualquier medida de esta calado que pueda repercutir en el tejido económico y que implique a varias consellerias, lo que supone un toque de atención a compañeros de otros departamentos también afines a la formación nacionalista.